Hoy hemos ido a conocer Comillas, un municipio de la costa occidental cántabra que destaca por sus edificios medievales y barrocos, por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña en el que intervinieron los artistas modernistas y por sus maravillosos paisajes.
Llegar es sencillo, está muy bien indicado desde que sales de la autovía. Tened cuidado por la carretera general antes de llegar, porque a veces se pone el radar. Para aparcar también está fácil, pero hay que tener en cuenta que estamos en febrero, seguro que en verano no es tan sencillo. Nosotros aparcamos en un parking gratuito muy cercano a la primera visita turística: el Palacio de Sobrellano.
El Palacio de Sobrellano fue obra de Joan Martorell, quién lo construyó por encargo del primer Marqués de Comillas. Este edificio, de estilo neogótico con ciertos aires venecianos, se utiliza en la actualidad como museo. No pudimos entrar porque cierran a las 15.20, ¿no os parece demasiado pronto? Supongo que en temporada alta abran más horas por la tarde. El caso es que nos quedamos sin verlo. Lo que sí disfrutamos es la enorme zona verde que rodea al Palacio, merece la pena sentarse en uno de sus muchos bancos y disfrutar del maravilloso edificio. Como curiosidad, decir que éste fue el primer edificio de España en utilizar la luz eléctrica, ya que el primer márques la mandó instalar en una de las visistas de los reyes.
Jardín desde el que se accede al Palacio de Sobrellano |
Después nos dirigimos hacia la puerta de la Universidad Pontificia de Comillas.También construida por Joan Martorell desde 1883, tiene un estilo gótico - mudéjar muy ornamental, y a partir de 1889 se añadió una decoración más modernista. En la actualidad es una de las sedes de la Universidad Pontificia de Comillas, una universidad privada y católica, dirigida por la Compañía de Jesús. Como digo, nos detuvimos en ver la puerta, que está hecha de ladrillo, cerámica con reflejos metálicos y piedra labrada en el escudo, en el que aparecen la tierra y las llaves pontificias junto al anagrama jesuítico JHS (Jesús, de los hombres Salvador)
Puerta de la Universidad de Comillas |
Haciendo caso del magnífico sentido de la orientación de Laura, decidimos subir por un camino que está a la derecha del Palacio de Sobrellano, con intención de llegar al Capricho de Gaudí. En lugar de llegar en un abrir de ojos como esperábamos, nos metimos por una pequeña montaña desde la cuál se podía ver perfectamente la Universidad de Comillas. Pero al final llegamos, ¿eh?
Universidad de Comillas |
Una vez que salimos de aquel camino llegamos al Capricho de Gaudí. Cuál fue nuestra sorpresa cuándo vimos que el edificio rodeado por una valla desde la que no se ve y que hay que pagar 5€ sólo para verlo por fuera. Nos encontramos con que, como ocurrió con el Palacio de Sobrellano, ya estaba cerrado. Pero estábamos tan enfadados que no hubiéramos entrado en caso contrario. La foto que tenéis aquí está cogida de Internet, porque no encontramos ningún sitio para verlo sin entrar en el recinto.
El Capricho de Gaudí fue diseñado por Antonio Gaudí y constrido bajo la dirección de su ayudante, Cristofor Cascante. Su nombre real es Villa Quijano, pero se le empezó a llamar Capricho por tratarse de un encargo del cuñado de Marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano típica oriental. En la decoración se repite el tema del girasol, y se combinan la sillería, el ladrillo, el hierro y la cerámica con las formas divertidas tan características de este genio catalán.
Después de no ver el Capricho fuimos a visitar el centro histórico del municipio. Allí vimos la Fuente de los Tres Caños, el antiguo ayuntamiento y la Iglesia Parroquial de San Cristóbal mientras callejeábamos.
Iglesia Parroquial de San Cristóbal |
Fuente de los Tres Caños |
Para terminar nuestra visita decidimos acercarnos a la zona marítima, que nos decepcionó ligeramente. Suponemos que puede ser porque estamos en febrero y los días son más oscuros. En verano volveremos y os contamos qué tal.
Mientras volvíamos hacia la zona más céntrica, nos encontramos casi sin querer con la Puerta de Moro, que tiene una puerta para coches y peatones y además un agujero en el muro para los pájaros. Es realmente curiosa y bonita.
De vuelta al coche nos encontramos en una plaza con varias cafeterías, así que merendamos un chocolate con churros y nos fuimos a casa. Se hace necesario decir que podríamos haber visitado muchas más cosas de este precioso municipio, pero como fuimos algo tarde se nos hizo de noche y decidimos marcharnos. En verano seguro que volvemos a visitar lo que nos ha quedado. Si queréis ver Comillas, entrad en la página web del ayuntamiento (http://www.comillas.es/default.asp) y veréis todas las cositas que podéis visitar, aunque es cierto que está perfectamente indicado para hacer rutas turísticas. Si sigues las flechas llegarás a ver todos los monumentos de interés.
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