Nuestra primera excursión la realizamos a Bilbao. Era un fin de semana que no sabíamos que hacer y decidimos conocer sitios nuevos. Laura ya lo conocía pero para mi era una novedad, yo tenía mucha curiosidad por conocer el Guggenheim y lo que significa para la capital.
El viaje de ida estuvo marcado por la mala señalización que existe para llegar, acabamos metidos en un peaje, pero por lo menos llegamos justo a nuestro destino. Esto no fue lo único que nos pasó, descubrimos que encontrar aparcamiento en Bilbao no es tan fácil como pensábamos y acabamos metiendo el coche en un parking. Al menos, a la hora de pagar el sablazo no fue tan grande como esperábamos.
La verdad que el Guggenheim es una construcción majestuosa y el trabajo realizado por Frank Gehry es increible, aunque a mi no me acabó de llamar demasiado. Probablemente esperaba más. Pensamos en entrar pero al final decidimos dar un paseo por los alrededores, ya que no somos muy fanáticos del arte moderno. El entorno donde se encuentra este gran museo es fantabuloso, está situado al lado de la ría de Bilbao y hay un gran paseo que hace que destaque todavía más. Estaba todo muy bien cuidado y salimos contentísimos de allí.
Nos fuimos de Bilbao pensando en que aquella sería la primera excursión de una larguísima lista :)
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